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Los edificios necesitan una mejor filtración de aire en la era de los vehículos eléctricos

La transición hacia la movilidad eléctrica representa un gran avance en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, este progreso tecnológico conlleva un nuevo desafío, a menudo subestimado: el aumento de las emisiones no relacionadas con el escape, en particular las derivadas del desgaste de los neumáticos. El polvo fino que se genera en las carreteras no se queda en el exterior. Penetra en los edificios, lugares de trabajo y espacios interiores, donde representa un riesgo significativo para la salud.



Electric cars charging


El coste oculto de los vehículos más pesados


Los vehículos eléctricos suelen pesar más que los de motor de combustión debido a las baterías que incorporan. Este peso adicional provoca un mayor desgaste de los neumáticos y del firme de la carretera, lo que libera partículas microscópicas en el aire. Estas partículas finas, especialmente las PM2.5 y más pequeñas, son lo suficientemente diminutas como para eludir las defensas naturales del sistema respiratorio y llegar al torrente sanguíneo.


Aunque las emisiones de escape están disminuyendo gracias a las tecnologías limpias y a la normativa medioambiental, las partículas no procedentes del escape están aumentando rápidamente —y no están reguladas en la misma medida. Estudios de Emissions Analytics y otras instituciones demuestran que el perfil de la contaminación del aire está cambiando: lo que antes salía del tubo de escape, ahora proviene en gran medida del desgaste de los neumáticos.



Los edificios no están aislados de la contaminación exterior


Los edificios modernos están diseñados para ser energéticamente eficientes. Como resultado, suelen estar altamente aislados y dependen de la ventilación mecánica. Sin sistemas de filtración eficaces, las partículas finas del aire exterior ingresan a los espacios interiores a través de los sistemas HVAC, permaneciendo suspendidas durante largos periodos y generando una exposición oculta y continua.


Este problema afecta a una amplia variedad de edificaciones:



  • Torres residenciales y de oficinas

  • Instalaciones industriales

  • Almacenes y centros logísticos

  • Instituciones públicas

  • Entornos sanitarios y educativos



Una vez en el interior, el polvo fino contribuye a la disminución de la calidad del aire, agravando problemas respiratorios y reduciendo el rendimiento cognitivo y la productividad.


Filtración Electrostática Diferenciada: Una Defensa Más Inteligente


Airvolut desarrolla y fabrica sistemas de filtración electrostática diferenciada que se adaptan a la distribución del tamaño de partículas y al tipo de contaminantes presentes en ambientes específicos. Este enfoque avanzado permite una eficiencia de separación precisa frente a diversas categorías de partículas, desde polvo industrial grueso hasta partículas PM2.5, alérgenos y contaminantes biológicos como virus, hongos y bacterias.


A diferencia de los filtros convencionales, que se basan únicamente en la resistencia mecánica, los sistemas electrostáticos cargan y capturan dinámicamente las partículas, alcanzando un alto rendimiento con una mínima pérdida de presión. Esto los convierte en una solución ideal para edificios con altos volúmenes de aire y entornos interiores sensibles.


Mediante la personalización del sistema de filtración según el tipo de edificio, su uso específico y el perfil de contaminación, la filtración diferenciada garantiza la máxima protección sin comprometer el flujo de aire ni aumentar el consumo energético.


La calidad del aire interior debe tratarse como una prioridad estratégica


El polvo fino generado en la era de la movilidad eléctrica no desaparece. Se desplaza y penetra en los edificios. El aire limpio en interiores se ha convertido en un factor clave para la salud, el rendimiento y la satisfacción en el entorno laboral. Las empresas que actúan ahora obtienen una ventaja competitiva en términos de cumplimiento normativo, bienestar de los empleados y liderazgo medioambiental.


Repensar la calidad del aire interior implica ir más allá de las preocupaciones tradicionales sobre la temperatura y los niveles de CO₂. Requiere una comprensión más profunda de cómo las tendencias urbanas y de movilidad afectan a los entornos interiores y de cómo la tecnología de filtración puede convertirse en una poderosa medida de protección.

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