Tendencia de los difusores: fragancia agradable con riesgos
- Sunny Pi-San Capatt
- 10 nov
- 5 Min. de lectura
Actualizado: hace 1 día
Los difusores de aroma han conquistado silenciosamente nuestros hogares, espacios de entrenamiento y lugares de trabajo. Prometen noches relajantes y ayudan a ocultar olores desagradables. El mercado de aceites esenciales está en auge: la clínica Cleveland Clinic afirma que las ventas globales crecerán en miles de millones de dólares en los próximos años. Pero ¿qué se esconde detrás de esta tendencia? ¿Qué ventajas ofrecen realmente los difusores y qué efectos secundarios deberían conocerse? Este informe resume la investigación actual y ofrece consejos para un uso seguro.

¿Qué son los difusores y cómo funcionan?
Los difusores dispersan aceites esenciales en forma de neblina fina en la habitación. Existen varias tecnologías:
Ultrasónicos: un elemento piezoeléctrico vibra a alta frecuencia para romper una mezcla de agua y aceite en diminutas gotas. Estos dispositivos son silenciosos y también actúan como humidificadores. Sin embargo, producen compuestos orgánicos volátiles (COV) y partículas.
En un experimento de laboratorio con aceites de limón, lavanda, eucalipto y semilla de uva, los difusores emitieron varios miligramos de componentes en 15 minutos. Los tamaños dominantes de partículas oscilaron entre 10 y 100 nm; los más pequeños procedían del aceite de limón y los más grandes del aceite de semilla de uva. Usar agua del grifo en lugar de destilada aumentó las emisiones de partículas cinco veces cuando se empleó aceite de eucalipto.
Nebulización sin agua: atomizan aceite puro sin agua mediante un chorro de aire. Ofrecen una fragancia intensa pero consumen más aceite y exponen a más COV que los ultrasónicos.
Evaporativos: un ventilador sopla sobre una almohadilla o cañas empapadas con aceite. Funcionan sin calor pero ofrecen poco control sobre la velocidad de difusión.
De calor: los aceites se calientan sobre una placa de cerámica o lámpara de fragancia. El calor acelera la evaporación pero puede también descomponer los aceites y crear subproductos.

Beneficios: ¿qué promete la aromaterapia?
Muchas personas utilizan difusores para mejorar su bienestar. Existe alguna evidencia científica de que ciertos aceites esenciales, cuando se usan correctamente, pueden tener efectos positivos:
Reducción del estrés y mejora del sueño: una revisión de 30 estudios sobre aromaterapia y calidad del sueño encontró que aromas como lavanda, cítricos y rosa redujeron el estrés, el dolor y la fatiga, y mejoraron el descanso. Otra revisión de 27 estudios mostró que la aromaterapia disminuyó significativamente la ansiedad en pacientes que esperaban cirugía. En clínicas, la fragancia de lavanda se emplea para bajar la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
Mejora del estado de ánimo: los masajes con aromas como bergamota, rosa o manzanilla pueden aliviar estados depresivos y mejorar el humor general. Las moléculas de fragancia viajan por el nervio olfativo hasta el sistema límbico, que controla las emociones.
Uso versátil: aceites como árbol de té, menta o eucalipto tienen propiedades antimicrobianas. Se utilizan en resfriados para facilitar la respiración. Sin embargo, dichas aplicaciones deben discutirse con profesionales médicos porque la dosis es crítica.
A pesar de estos aspectos positivos, la Cleveland Clinic advierte que la aromaterapia no sustituye el tratamiento médico y que los beneficios dependen de la correcta selección y dosificación de los aceites.
Riesgos y desventajas – qué liberan los difusores
Ingredientes no regulados y exposición a COV
En muchos países, los aceites esenciales no están estrictamente regulados. Un análisis independiente de 24 aceites comerciales identificó 188 COV diferentes, incluidas 33 sustancias clasificadas como peligrosas. En la mitad de los productos se detectó tolueno, un solvente. Estos compuestos se evaporan en el aire de la habitación durante la difusión. Un experimento en una cámara mostró que el aceite de limón difundido con un dispositivo ultrasónico liberó 2.6 mg de d‑limoneno y el de lavanda 1 mg de acetato de linalilo en 15 minutos.
Al inhalarse, los COV entran rápidamente en los pulmones y el torrente sanguíneo. Según la Agencia de Protección Ambiental de EE.UU., las altas concentraciones de COV pueden causar irritación en ojos, nariz y garganta, dolores de cabeza, problemas de coordinación y daño al hígado, riñones y sistema nervioso central. Los niveles de COV en interiores suelen ser 2 a 5 veces superiores a los exteriores. En una prueba, las emisiones de COV de un solo difusor quedaron por debajo de los límites japoneses para el tolueno, pero los investigadores advierten que incluso concentraciones bajas podrían ser perjudiciales y que sus efectos a largo plazo son desconocidos.
Partículas finas y nanopartículas
Los difusores emiten partículas ultrafinas junto con moléculas de fragancia. El estudio mencionado midió hasta 3 mg/h de partículas PM₁ procedentes de aceites de limón y de semilla de uva, principalmente en tamaño entre 10 y 100 nm. Las emisiones aumentaron cinco veces cuando se difundió aceite de eucalipto con agua del grifo en vez de agua desionizada. Investigadores de la Universidad de Purdue descubrieron que las fragancias reaccionan con el ozono, produciendo miles de millones de nanopartículas. Estas partículas son tan pequeñas que pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso alcanzar otros órganos. En un “Tiny House Lab”, el equipo halló que los difusores y las ceras aromáticas generan al menos tantas partículas como las velas y que estas nanopartículas formadas pueden alcanzar concentraciones elevadas en el aire interior.
Alergias y componentes tóxicos
Muchos aceites esenciales contienen alérgenos. La plataforma de consumo alemana Utopia cita al Instituto Federal de Evaluación de Riesgos (BfR) y al Instituto Federal Suizo de Salud Pública: algunos compuestos como estragole, metileugenol y safrol son considerados potencialmente cancerígenos. Fragancias naturales y sintéticas pueden provocar alergias de contacto e irritación de la piel.
Los difusores presentan un riesgo particular para bebés y niños pequeños. El BfR advierte que incluso pequeñas cantidades de aceites esenciales pueden desencadenar convulsiones o paro respiratorio en bebés. Para niños menores de tres años, Utopia recomienda usar difusores solo con agua (sin aceite) como humidificadores o evitarlos por completo.
Las mascotas también son sensibles a los compuestos de las fragancias. Aceites como clavo, árbol de té, canela o abedul son tóxicos para gatos y perros porque metabolizan esas sustancias de manera distinta.
Efectos cognitivos
Un estudio aleatorizado en una oficina simulada evaluó cómo las emisiones de difusores influían en el rendimiento cognitivo. Cincuenta y nueve participantes inhalaron aroma de limón, agua desionizada o aceite de semilla de uva sin fragancia. La exposición al aroma redujo el tiempo de reacción, pero afectó significativamente el control de impulsos y la memoria, conduciendo a decisiones más impulsivas.
Consejos para usar difusores de forma segura
Para disfrutar de las fragancias sin dañar tu salud, sigue estas recomendaciones:
Limita la exposición: menos es más. Smart Air recomienda usar el difusor entre 15 y 60 minutos y no cada día.
Elige aceites de alta calidad: utiliza aceites puros, ecológicos, sin aditivos ni solventes sintéticos.
Ventila bien: abre ventanas durante y después de la difusión para reducir niveles de COV y partículas.
Evita el uso alrededor de niños y grupos sensibles: bebés, niños pequeños, embarazadas, personas con enfermedades crónicas y mascotas no deberían estar expuestos a aceites de fragancia.
Limpia el dispositivo: una limpieza regular evita la proliferación de moho y bacterias en el depósito de agua.
Combínalo con un purificador: los filtros de carbón activado pueden absorber COV. Si usas un difusor, un purificador puede reducir la exposición, aunque debilite la fragancia.
Considera alternativas naturales: hierbas secas, cáscaras de cítricos o plantas en maceta emiten aromas suaves naturales sin químicos. A menudo, una buena ventilación regular es suficiente para eliminar olores desagradables.



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